Y dijo: No te llegues acá: quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
Y le dijo el Señor: Quita los zapatos de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.
Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios: ata tu bonete sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de hombres.
Había ya de largo tiempo esta costumbre en Israel en la redención ó contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba á su compañero: y este era el testimonio en Israel.
¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la paz, de los que anuncian el evangelio de los bienes!
Ordena mis pasos con tu palabra; Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.