4Cuando á Dios hicieres promesa, no tardes en pagarla; porque no se agrada de los insensatos. Paga lo que prometieres. 5Mejor es que no prometas, que no que prometas y no pagues. 6No sueltes tu boca para hacer pecar á tu carne; ni digas delante del ángel, que fué ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se aire á causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos? 7Donde los sueños son en multitud, también lo son las vanidades y muchas las palabras; mas tú teme á Dios.