9Y partiéndose de allí, vino á la sinagoga de ellos. 10Y he aquí había allí uno que tenía una mano seca: y le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito curar en sábado? por acusarle. 11Y él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si cayere ésta en una fosa en sábado, no le eche mano, y la levante? 12Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Así que, lícito es en los sábados hacer bien. 13Entonces dijo á aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y fué restituída sana como la otra. 14Y salidos los Fariseos, consultaron contra él para destruirle.