8Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado; llena de veneno mortal. 9Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos á los hombres, los cuales son hechos á la semejanza de Dios. 10De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, no conviene que estas cosas sean así hechas.