19(H39-22) ¿Diste tú al caballo la fortaleza? ¿Vestiste tú su cerviz de relincho? 20(H39-23) ¿Le intimidarás tú como á alguna langosta? El resoplido de su nariz es formidable: 21(H39-24) Escarba la tierra, alégrase en su fuerza, Sale al encuentro de las armas: 22(H39-25) Hace burla del espanto, y no teme, Ni vuelve el rostro delante de la espada. 23(H39-26) Contra él suena la aljaba, El hierro de la lanza y de la pica: 24(H39-27) Y él con ímpetu y furor escarba la tierra, Sin importarle el sonido de la bocina; 25(H39-28) Antes como que dice entre los clarines: Ea! Y desde lejos huele la batalla, el grito de los capitanes, y la vocería.